Si sumo mi soledad a la tuya, ¿qué obtengo a cambio? ¿Dos soledades o ninguna?
Los perros no están diseñados para vivir solos. Son individuos inherentemente sociables y requieren la presencia de su grupo humano, a veces incluso más que la de otro perro. La soledad les afecta emocionalmente y, en consecuencia, físicamente.
Muchas personas me consultan sobre perros con "ansiedad por separación", un problema frecuente en relaciones muy cercanas, conocido como "hiperapego". En mi humilde entender, un perro que llega a nuestras vidas con un conflicto de hiperapego está evidenciando que nosotros mismos necesitamos, desmesuradamente, tener a un "otro" a quien mirar, en lugar de mirarnos a nosotros mismos.
¿Por qué la soledad afecta tanto al perro?
La naturaleza del perro es altamente social. Como pariente cercano del lobo, su supervivencia depende de la convivencia en manada, lo que les proporciona seguridad y es fundamental para conductas básicas como comer, dormir, descansar y jugar.
Efectos de la soledad prolongada
Ante la ausencia de contacto social por periodos prolongados, un perro puede desarrollar conductas indeseables:
- Destrucción
- Ladridos excesivos
- Micción y defecación inadecuadas
- Automutilación
Estas conductas suelen estar influenciadas por sentimientos de miedo y ansiedad.
Los cambios emocionales también pueden derivar en enfermedades físicas, como alergias en la piel o síntomas obsesivos (lamerse una parte del cuerpo constantemente hasta lastimarse).
Nuestra Responsabilidad Consciente
Como humanos responsables, al considerar tener un perro, debemos pensar más allá de sus necesidades básicas (alimentación, descanso). Tenemos que ser conscientes del tiempo real que podemos dedicarle para darle el cuidado y la atención que requiere y merece.
Y una vez que un perro con "hiperapego" llega a nuestras vidas, necesariamente debemos preguntarnos: ¿Qué debo mirar de mí mismo? ¿Qué mensaje me está trayendo este perro?
La Perspectiva de Hawkins: Miedo a la Pérdida
David R. Hawkins (1927-2012), doctor en medicina y filosofía, psiquiatra e investigador de la consciencia, abordó el apego en su libro Dejar ir. El camino de la entrega.
Hawkins nos dice que "el miedo a la vida es en realidad el miedo a las emociones" y que "los apegos crean una dependencia, y la dependencia, debido a su naturaleza, intrínsecamente lleva al miedo a la pérdida".
El miedo nos paraliza. "La mayoría de los 'No puedo' son en realidad 'No quiero'. Tras los 'No puedo' o los 'No quiero' frecuentemente hay un miedo", escribió.
El animal que nos acompaña como Espejo
En general y aunque muchas veces no nos demos cuenta, nos relacionamos con nosotros mismos a través de los demás y toda relación es una oportunidad para el autoconocimiento.
Los otros son espejos en los que tenemos la ocasión de vernos y reconocernos; nos muestran nuestra alma y lo que tenemos que trascender o sanar. Cuando aprendemos a observarnos, liberamos al otro (en este caso, a nuestro animal compañero) de la carga de llenar nuestras carencias.
"La soledad no es estar solo, es estar vacío" (Séneca)
La Terapia Floral puede ser una herramienta invaluable para ayudar al animal que te acompaña, a ti y a tu sistema a mirar esos apegos y miedos, equilibrando la emoción que genera comportamientos problemáticos o síntomas físicos.